Maldigo aquella noche incauta cuando con juegos de ti me enamoraba, y los fantasmas de mi mente disipabas y dulcemente olvidaba mi pesar...

Maldigo la mañana nublada cuando admirado de tu vida hube de estar, y las sonrisas de tu rostro reflejaban los misterios de mi mente a olvidar...

Mas mil veces maldigo aquella tarde en la que la historia se pensaba terminar, cuando tu simple olvido iniciba y mi tortura comenzaba a acechar...
El murmullo de tus manos

Espero  olvidar los gritos y sumergirme en el murmullo de tus manos hasta que susurres a mi oído que me amas, para no olvidar que estoy vivo y no en llamas. 

Espero que comprendas lo que busco y sumergirme en el murmullo de tus manos, hasta fundirme en tu presencia y navegar en tu mundo al cerrar los ojos.

                                                                            *  *  *


El Primero.

Nótese el sarcasmo entre las letras, pero me puse a pensar por que vos, y no otro. No es fácil determinarse en un solo día; pues bien, he pasado un año, tres meses y dos días SOLO, lo que equivale a 457 días o 16 lunas llenas y miles de tazas de café, esperando, trabajando, envejeciendo, entre otras cosas poco oportunas para especificar. Sos vos el primero que se atreve a entrar en mi mente retorcida y torturada por los demonios de mi cabeza, el primero que susurra a mi oído las palabras que no quiero escuchar, quien no me da la razón, quien miente para que crea, quien seduce mis instintos a la lujuria, quien supera al pasado, aunque no el nombre que llevo a mis espaldas, quien con sus misterios me mantiene entretenido. Sí, vos sos ese, el que no conozco, de quien siempre hablan mal, el que me busco primero, el que me acechó en las tinieblas para que cayera, a quien yo quiero servir.