Crepúsculo a condena

Trémula la voz que me acompaña
Parda y tenue mi condena apuñada
Repuja en letras desdichado
Alma mía en mundo gris desesperada.

Pido a gritos el auxilio en el suplicio
Recordar lo nunca visto
Razonar sin base sólida
Permanecer en el umbral iluminado.

Condenado sin condena
Encerrado en las cuatro paredes de mi razón
Escondido en la fe corroída por la fama
Diseminando vulnerabilidad disfrazada.

Olvido es la tiniebla acostumbrada,
La culpa destilada en la vida;
Llorar no es la presta salida,
Supremo don jamás pedido y otorgado.

Pierdo el instinto conservado
Marginando el deseo inanimado
Imaginándome en otros
Esperando lo pasado.

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